-Estás cómodo?-pregunté, reprimiendo la risa; y es que me causaba garcia lo nervioso que se había puesto al meterse, y cómo hacía equilibrios en el borde de la cama para no rozarme ni por accidente.
-Si si, tranquila. Y gracias.- dijo.
-No te preocupes, no es ninguna molestia...- después de decir esto, sentí cómo me ardían las mejillas. Debía estar coloradísima, pero por suerte la habitación estaba oscura y era imposible que él lo notase.- La compañía es buena.
-Que conste que quiero mucho a María, pero también a mí me gusta estar contigo....-dijo casi tartamudeando.
Me reí. Pero no con una risa normal; sino con una estas risitas ñoñas, que yo siempre había odiado porque me resultaban pijísimas.
-Bueno...-dijímos a unísono. Otra risa. -Buenas noches.- dijo él.
-Que tengas dulces sueños.- le deseé
-Es lo más seguro durmiendo con un ángel.
Y dicho esto, ambos nos dormimos.
A la mañana siguiente, me desperté muy pronto, cuando los primeros rayos de sol se filtraron por las rendijas de la persiana. Estaba misteriosamente con mi cabeza apoyada en su pecho, abrazándolo como si fuese un peluche.
-Buenos días.- oí en un susurro. Era Lucas- Llevo un rato despierto, pero no quería moverme por si te despertabas....
-Ah, gracias-sonreí-; y buenos días a ti también.
Y nos quedamos un rato así, en silencio, mirándonos a los ojos, uno tan cerca del otro. El sol iluminaba sus ojos verdes, y los hacía brillar aún más de lo normal.
(Definitivamente, me encanta este chico)-pensé.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
a mi tambien me encanta Lucas!!!! x) q rico es!!!!
ResponderEliminar1Bsoo
Ohh! K bonito! Gracias por ponerlos cortos naty! Muak!:)
ResponderEliminar