Resumen

El hermano de Isabel ha desaparecido. Un día, alguien se pone en contacto con ella y le dice que está vivo. A partir de entonces, la vida de Isabel cambiará por completo......

lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo 41 - Y ahora, qué?

Si la tarde anterior había sido difícil, esa mañana estaba siendo desesperante. Los chicos aún tenía periodos de lucidez en los que recordaban todo, pero esto duraba cada vez menos.
María se encerró con ellos toda la tarde y les contó toda la historia, con cada uno de los escabrosos detalles, pero también con los numerosos momentos felices. Mientras tanto, yo vagaba sin rumbo por la casa, recordando también toda la historia y poniendo en orden mis ideas. Pensé en los niños, en Marcos; en el principio de la historia, cuando la supuesta prima de Marcos, Andrea, y su coqueteo con Lucas era uno de mis mayores problemas...; Lucas, sobre todo pensé en Lucas, en qué era yo ahora para él y que era él para mí. Yo le seguía queriendo, pero él había dejado de hacerlo por motivos que se escapaban a su voluntad, así que lo mejor era dejarle libre, que se construyese una nueva vida junto a alguien que no le recordase a cada momento todo lo que había perdido. Debía olvidarle, y para eso, tendría que irme de esa casa. Irme para siempre.
Ya entrada la noche, los tres salieron, y María me sugirió hablar con Lucas, pero me negué. No me veía capaz de soportarlo. Nos reunimos silenciosos en la cocina, teóricamente para hablar de qué haríamos a continuación. Decidí que cuanto antes comunicase mis deseos mejor:
- Yo me voy. Ya no pinto nada aquí, mi hermano ha aparecido y nadie nos perseguirá por un tiempo.
- Isabel-dijo María-, sabes que ésta siempre será tu familia, y que puedes quedarte con nosotros el tiempo que quieras.
- Lo sé, pero lo mejor es que vuelva con nuestros padres, no saben nada de nosotros desde hace bastante tiempo; se lo merecen.
Mi hermano me miraba fijamente cada vez que hablaba, pero no opinaba. Lucas, sin embargo, miraba a un punto fijo con el ceño fruncido, como dándole vueltas a algo en su cabeza.
- Visto así, te entiendo. -respondió María usando su tono más maternal.- Os llevaremos a casa mañana por la mañana; y todo volverá a la normalidad.
- María, nuestra vida nunca será normal. - y dicho ésto, me fui a mi dormitorio.
Releeí varias veces su carta (v. cap. 30), y me dormí con ella entre las manos y lágrimas en los ojos. No quería dejarle atrás.
Me despertó un suave zarandeo en mi hombro izquierdo. Miré el reloj, las 4:33am.
- Isa, ¿podemos hablar un momento?-susurró Lucas.
- Claro.
Me pusé una chaqueta y bajamos. Serví cacao para ambos y salimos a sentarnos al jardín trasero. No hizo falta encender ninguna luz, ya que la luna llena bañaba cada rincón del lugar. Una vez que nos acomodamos, tomó la palabra.

2 comentarios:

  1. Pobre Isabel!!! Espero que la reconozca o algo, al fin y al cabo se lo merece después de todo lo que ha pasado :(
    Estoy deseado leer más :D
    1Beso!!!
    Raquel xx

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    Respuestas
    1. Ya se verá lo que pasa... ;)
      Un beso, gracias por pasarte.

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